domingo, 29 de noviembre de 2009

La cata del loco (versión 7)


Un loco se ha escapado de un manicomio. En su deambular sin rumbo entra en un local. Se celebra allí un concurso de catadores de vino. Sin que nadie note su presencia, se queda observando a toda la gente que conversa distendida… y se le ocurre una idea.
Sale del local, camina hasta encontrar un negocio de ropa de primera marca y cuando ingresa, mira con ojos desorbitados a la vendedora.
- Estoy loco. Acabo de escapar de un manicomio. Te conviene no traerme problemas.
Ella tiembla. Sabe que un demente puede ser muy peligroso. El loco encierra a la vendedora en el toilette. Echa un vistazo a los precios de todos los trajes, y se calza el más costoso. Se mira en un espejo, se acomoda el pelo. Ahora sí está conforme. Parece una persona “normal”. Nadie podría pensar que es un loco.
Regresa al local. Apenas entra, estalla en un grito atroz.
- ¡¡¡Cuidado!!! ¡¡¡No beban de ese vino!!! Está envenenado y quien beba de él, morirá al instante. Mi nombre es Miguel Pérez Uriburu, abogado penalista. Estoy iniciando una demanda contra este negocio por dar a probar vinos adulterados.
Todos los presentes quedan impactados. Hasta que uno de los catadores, se anima a hablar.
- Lo que usted dice es una locura.
- Pruébelo y verá.
- Por supuesto que lo haré.
El hombre prueba el vino con una sonrisa irónica en los labios… y muere en el preciso momento en que la última gota llega a su garganta.
Lo que sigue, es una mezcla de caos, gritos, llantos. Algunos quieren escapar, pero el loco cierra las puertas con llave.
- Nadie se irá, hasta que llegue la policía. Y espero que ahora me crean. Porque ese no es el único vino embrujado.
Toma otra de las botellas. La exhibe.
- Quien beba de ese vino se enamorará perdidamente. Y su amor será eterno.
Una de las mujeres, la que parece más fría y desconfiada, le arranca la botella de las manos, bebe el vino y cae rendida a los pies de su acompañante.
- Ámame hasta que la muerte nos separe. Y ámame aún después de muerta, si es posible. – murmura.
El loco muestra la última de las botellas.
- Este es el vino por el que inicié la demanda. Quien lo beba, tendrá la suerte de los Dioses de su lado. El dinero llegará a sus manos abruptamente, es más, inmediatamente después de tomarlo, deberá volver a su casa y encontrará un arcón repleto de dinero enterrado en el jardín.
Todos los que están allí, se desesperan por beber. Agotan el contenido de la botella en un minuto. El loco abre la puerta… Y ellos salen como rayos a sus casas.
El loco queda solo. Sonríe. Abre la botella que contiene el vino más exclusivo. Sirve una copa mientras piensa en voz alta:
- Qué vino exquisito… En fin… La gente le cree a un loco de doble apellido vestido con un traje caro. Así funciona este mundo…

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