sábado, 28 de noviembre de 2009

La cata del loco (versión 57)


Un loco se ha escapado de un manicomio. En su deambular sin rumbo entra en un local. Se celebra allí un concurso de catadores de vino, el loco se coloca en una esquina y observa las normas del concurso y a los concursantes.

En un momento dado levanta la mano y pide apuntarse a la cata. Le asignan un número y se sienta en una silla frente a la mesa, La sala está muy silenciosa y sólo se escucha el tintineo de las copas.

Le sirven un poco de vino en un catavino, pasa un poco de tiempo, el loco lo coge, lo pone a la altura de los ojos, lo mira, y le da un suave movimiento circular para que se empape el cristal.

Todos observan, sigue el silencio, pasan un par de minutos, y el loco dice: vino tinto, color rojo púrpura con matices violeta, es joven.

Los allí presente se miran. El loco continúa: tiene burbujas por el gas carbónico. Transcurren unos segundos. El Loco bebe un sorbo, aspira el aroma, y suelta: aterciopelado y escupe el sorbo. El loco dice: Marqués de Robledo, 1990.

El silencio es aún mayor, los organizadores leen sus notas y comprueban el resultado.

El loco se levanta y sin dar tiempo a nadie, se dirige a la puerta y sale a la calle.

Se disuelve la reunión, nadie conoce al desconocido, no saben como ha llegado y porque se ha marchado, nunca lo vieron antes en ningún otro concurso ni a nadie le suena la cara.

El dueño del bar pide un periódico para que absorba vino que se ha derramado en una mesa y en el suelo y al abrirlo ve una foto, el periódico es de hace una semana y el titular dice así: Se escapa persona del manicomio local, se llama Jerónimo de Robledo, antes de ser ingresado era un millonario con título nobiliario dedicado al negocio del vino que fue ingresado al morir su familia en accidente aéreo. Silencio….

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