domingo, 29 de noviembre de 2009

La cata del loco (versión 12)


Un loco se ha escapado de un manicomio. En su deambular sin rumbo entra en un local. Se celebra allí un concurso de catadores de vino. En el momento en el que se acerca a la mesa principal uno de los concursantes escupe un sorbo de vino. Él no lo entiende y por eso se sienta en la silla más cercana posible, y espera, y observa. Se fija en el elegante atuendo del catador, en sus correctos modales, en la delicadeza de todos sus gestos…

¿Por qué lo ha hecho de nuevo? ¿Por qué una persona que parece bien educada escupe ante todo este público? ¿Es que ha perdido el juicio él o todos los que le observan sin decir nada? Tampoco está nada bien que siga metiendo la nariz en todas las copas que coge. Desde luego una escena así podría esperármela en el sitio en el que me metió mi familia cuando empecé a estorbarles, pero aquí… Debe ser que no le ha gustado nada ese líquido rojo que ha bebido, pero entonces ¿por qué bebe otra vez? Me está entrando curiosidad, me encantaría probarlo, yo no lo escupiría aunque no me gustara, no parece venenoso, simplemente no bebería más y se acabó el problema.

- Por favor que se acerque el último concursante Don Manuel García. El concursante número veinte, si no se presenta, anularemos su participación…

Creo que sí voy a poder probarlo, aquí nadie me conoce, puedo ser a partir de ahora…

- … ya se acerca, un aplauso por favor…

- Menuda pinta que trae este concursante, parece que la “cata” la ha estado haciendo antes de entrar aquí.

- Silencio por favor…

Voy a hacer lo mismo que el resto de los que han salido al estrado, todo menos escupir.

- A pesar de la facha parece que se lo toma en serio y que no está bebido…

Dios mío que bueno está esto. En la “residencia” donde vivo nunca nos lo han dado de beber, sólo nos ponen pringosos refrescos de cola los días de fiesta. Ahora si que no lo escupo ni en broma. Que bien, todavía me quedan otras cuatro copas para probar…

- …aunque si sigue tragándose hasta la última gota pronto lo estará.

Lo que no acabo de comprender muy bien es cómo rellenar estas fichitas que me han dado, parece que hay que poner cruces en las casillas según la numeración de la copa. Además estoy sintiendo, ahora que he probado ya varias, que no todas están rellenas del mismo líquido, es parecido pero este último tiene un rojo más intenso, es más espeso al girarlo, su olor más penetrante y el sabor definitivamente excepcional. Lo pondré en su ficha, además me ha recordado a esto que pone aquí de madera ahumada. El anterior era más fresco olía a tomillo como el campo de mi pueblo en primavera.

Si la oportunidad de la que hoy estoy disfrutando se hubiera cruzado en mi camino hace años, cuando aún estaba a tiempo de dirigir mis pasos en este mundo, seguro que no hubiera acabado donde estoy, mi familia no hubiera podido con mi determinación de haberme dedicado, como estos señores, a reunirme y beber y comparar, porque me parece que en eso reside el juego, en discernir las sutiles diferencias que hacen más o menos agradable al paladar uno u otro líquido. Siento haber acabado todas las copas. Me encantaría que me las rellenaran otra vez, pero creo que se darían cuenta de que no soy la persona por la que me he hecho pasar. Acabaré de rellenar mis fichas, las entregaré y me sentaré a esperar junto al resto de concursantes.

- Y el ganador es… ¡Manuel García!

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